Divina T.V. Führer

Los grandes despertares son fruto de grandes sueños.

Es innegable que alcanzar la iluminación en un templo es más fácil que lograrla trabajando como empleado bancario, pero la intensidad del despertar que obtienen aquellos que están totalmente inmersos en el sistema es incomparable.

La conciencia de este hecho hace que muchos buscadores honestos abandonen la tranquilidad de los monasterios y se sumerjan en los clasificados en procura de los trabajos más espantosos.

Ascensorista, sereno (este, en realidad, no es de los más buscados ya que se parece un poco a la vida del templo), ayudante de verdulero, colectivero, cajero de supermercado.

Aceptan cualquier trabajo que los ponga en contacto con mucha gente pero en situaciones en donde la relación humana se minimiza al máximo.

Esperá. No cambies de canal. No era zapping mental. Era una introducción con gran valor nutritivo.

Ahora encontrarás la película que estabas buscando, la frase redentora, el golpe del maestro.

Lo que ya se sabe en la mayoría de las escuelas esotéricas del planeta es que la televisión fue generada por seres celestiales como un medio sencillo de elevar la conciencia colectiva de la humanidad.

En una reunión de trabajo de arcángeles encargados de administrar y proteger nuestra galaxia se produjo un brain storming espontáneo. Se decidió por mayoría absoluta introducir la televisión en la Tierra.

Desde que  John Logie Baird fuera inducido a inventar el aparato en 1915, se han producido infinidad de programas destinados a adormecer a las masas con el noble objetivo de permitirles comprender de una vez por todas que la vida está ocurriendo aquí y ahora, adentro suyo y a su alrededor, y que no necesitan mirarla por T.V..

Es un plan maestro que todavía no ha mostrado muchos frutos, pero que cuando lo haga va a producir una gran abundancia en lo que a despertares se refiere.

 






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