Cartílago de tiburón
A vos te parece perfecto. Punto.
Las feministas lo ven como una celebración del rol de objeto sexual de la mujer.
No vas a poder hacer nada para convencerlas de lo contrario. Aunque les digas que te encantaría ser su objeto sexual y que podrían abusar de vos y abandonarte sin darte un abrazo, no lo vas a lograr.
Ellas van a defender el romance y los uniformes como si el destino del cosmos dependiera de ello.
Se entusiasmaron tanto con sus reclamos que se olvidaron de disfrutar de la diferencia, les gustaría que todos fuéramos como ellas.
Sin embargo, a cualquier feminista le parece que cuidar sus articulaciones consumiendo cartílago de tiburón es la cosa más normal del mundo.
Supongamos que vivís en Bolivia, o en el corazón de África, bien lejos del mar, y mucho más lejos todavía de la posibilidad de pescar un tiburón y saber cómo se hace para encontrar sus cartílagos y alimentarte de ellos.
Gracias al avance de la tecnología y la organización social actual, podés ir a la farmacia y comprar comprimidos que aseguran poseer, en una presentación que facilita su consumo, el cartílago que estás buscando.
Siguiendo los principios de la medicina homeopática y la aromaterapia kármica holística, podés ingerir uno y vibrar en armonía con esas bestias salvajes que surcan el océano depredando la fauna marina, con esos asesinos por naturaleza que inspiran temor y admiración a grandes y chicos, y deseos de pescarlos, tanto a personas que no tienen nada mejor que hacer como a profesionales que se ganan la vida de esa forma.
Yo no puedo afirmar que el consumo de esa substancia tenga un efecto benéfico sobre las articulaciones, pero tampoco lo niego.
Es cierto que tomar una pastilla que tenga cartílago de tiburón en polvo no es algo que parezca tan natural como ver a una abeja acercándose a una flor, pero no por nada existe el ser humano y tiene un cerebro que le permite hacer cosas que no parecen muy naturales.
Un avión es más artificial que una manzana. Sin embargo, cuando la gente quiere viajar, se sube sin protestar.
¿Por qué no disfrutar de un vuelo con azafatas en bikini? ¿Eh?
¿Cuál es el problema? ¿Es un pescado mortal, un pecado rabioso?
Tomar cartílago de tiburón te parece normal. Viajar en avión, tener teléfono celular y comprar cosas con tarjeta, algo cotidiano.
¿Por qué no puede un hombre disfrutar, pues, de un vuelo con azafatas en bikini?
No protestás porque tu compañera tiene cincuenta pares de zapatos.
No te interesa, es verdad, pero la dejas vivir como quiere.
Si querés dar el próximo paso, sé un hombre moderno de verdad. Hacete feminista y dejate mantener por tu mujer. Eso sí, a la hora de viajar, no lo dudes, elegí Vietjet.
Si no le gusta, que se vaya a mantener a otro.