Defensa de Paulo Coelho
Muchos aspirantes a escritores
—y otras personas que tampoco tienen nada mejor que hacer—, se
dedican a criticar sin piedad la vida y obra de Paulo Coelho.
Sin ser yo mismo un devoto de
su obra, me propuse averiguar cómo y por qué es posible que un
autor venda tantos libros y a la vez tenga tantos detractores.
Para
descubrirlo y documentarlo, llevé a cabo una investigación mínima,
pero no por ello menos profunda, que se basó en tres pilares
epistemológicos fundamentales.
Antes de avanzar en su descripción,
debo confesar que no son tres y que en realidad se basó apenas en
prejuicios y opiniones sin fundamento. También me veo en la
obligación de aclarar que usé la palabra «pilares» porque me daba
una sensación de solidez y «epistemológicos» porque me pareció
que aunque inadecuada para la ocasión podría servir para
impresionar a alguien que no conociera su significado.
Son pocos los que saben algo
acerca de la historia de este creador de best sellers
descremados que se venden como pan caliente. Muchos lo ven como un
hombre que se dedica a repetir una y otra vez la fórmula del héroe
confundido que sale al mundo en busca de sentido y a través de un
proceso más o menos mágico alcanza algún tipo de redención
espiritual.
Si quieres expandir tu horizonte mental, deberás saber que:
El autor de «El Alquimista»
fue amigo y compañero de aventuras de Raul Seixas, uno de los
artistas más desenfrenados de la música popular brasilera.
En su
juventud, estaba más cerca —por no decir totalmente dentro—, de la
filosofía de «sexo, drogas y rocanrol» que de la recitación del
mantra Om Mani Padme Hum.
Paulo Coelho fue un poeta
revolucionario, talentoso, y muy comprometido con los ideales de la
generación hippie. Después de la muerte de su amigo Raul, se dio cuenta de que era hora de parar la pelota y
corregir el rumbo.
Poco a poco —o de un momento
para otro, no lo sé, ya que no dispongo de información fidedigna
para confirmarlo—, abandonó las drogas y el alcohol, y se convirtió en el
prolífico escritor que tantos admiran y tantos desconocemos pero
adoramos criticar.
Los lectores de propuestas más refinadas se preguntan cómo es posible que Coelho
venda tantos libros. Es evidente que no se lo preguntan con seriedad.
Si lo hicieran, obtendrían la respuesta y al mismo tiempo
comprenderían mejor el mundo en el que viven.
Justificar su popularidad
comparándola con aquella de los basurales entre las moscas demuestra
no sólo envidia sino falta de conocimiento, si es que la envidia y
la falta de conocimiento son dos fenómenos independientes y no dos
caras de una misma moneda.
Cuando un autor consigue
interesar a sus semejantes durante tanto tiempo, tenemos que prestar
mucha atención antes de intentar minimizar su trabajo. No podemos
decir que un amigo nuestro que escribió un buen poema es más
talentoso y se merecería ocupar su lugar.
Es innegable que Paulo Coelho
tiene más capacidad para transmitir un mensaje que muchos de sus
detractores. Si te parece que no es así, y estás entre las filas de
aquellos que quemarían sus libros sin sentir remordimiento alguno,
intentá transmitirles a tus amigos algunos de los conceptos que él
propone. Es muy posible que los veas mirarte con compasión y que en
el momento menos pensado los encuentres recostados en una reposera
con un libro de tu archienemigo entre las manos.
Por último, recordemos que
una cosa es tener talento para el fútbol y otra muy distinta es ser
un jugador de primera división. En una situación real, muchos
talentosos serían incapaces de enfrentarse a personas que, habiendo
sido menos agraciadas por la naturaleza, tuvieron la disciplina y la
voluntad de someterse a contínuos entrenamientos con el objetivo de
alcanzar un grado de competitividad impensado para aquellos que
apenas cuentan con «el don».
Es muy probable que Paulo no
pase a la historia como uno de los grandes literatos de todos los
tiempos, pero, por el momento, por favor, respetémoslo como un
trabajador honesto que provee a muchas personas de un material que
les permite, al menos por unos instantes, imaginarse un poco mejores
de lo que ya son.