10 hábitos matutinos de las personas exitosas
Si bien podríamos conversar por horas tratando de definir qué significa ser exitoso —y es evidente que la adopción de estos principios no garantiza que uno vaya a convertirse en alguien que merezca ese calificativo—, me animo a compartir estos hábitos con la esperanza de que te ayuden a organizarte.
Si te sirven, usalos. Si no, seguí buscando.
1 - Levantarte temprano
Al que madruga, Dios lo ayuda. Ya sea que creas o no en Dios, levantarte temprano te va a conectar con la energía ascendente del día. Además, vas a disponer de un tiempo extra para hacer cosas mientras todos duermen y hay menos posibilidades de que te interrumpan.
2 - Hacer algo que te energice
Puede ser una ducha y/o algo de gimnasia. Algo que te conecte con la actividad. Si la noche fue buena, estás descansado. Es recomendable realizar alguna acción que le recuerde al cuerpo que empezó el día y que tenés ganas de hacer cosas.
3 - Agradecer
Dar las gracias por lo que uno tiene trae todo tipo de beneficios que están muy bien explicados en los libros de autoayuda. Además, es una excelente costumbre, porque al final de cuentas hasta la realidad más difícil es mejor que nada. Si todavía respirás, da las gracias. Todos tenemos problemas, pero también tenemos muchas cosas que a otros les parecerían motivo suficiente para celebrar y nosotros damos por sentadas. Es muy posible que si lo pensás un poco encuentres muchas razones por las cuales estar agradecido.
4 - Ordenar tus cosas
Hacer la cama, ordenar tus papeles, abrir las ventanas. Limpiar los platos que quedaron de la noche anterior. Darle de comer al gato. Planchar la camisa. Preparar todo para salir a escena con las emociones y los trámites al día.
5 - Hacer una lista de tareas
Si sos muy feliz yendo de acá para allá como una hoja en el viento, olvidate de este punto. Si te parece que un poco de organización te podría ayudar, hacé una lista de tareas describiendo detalladamente las acciones que tendrías que realizar para que tus objetivos se materialicen. Si no tenés objetivos, o no tenés idea de qué hacer, dedicale un tiempo de tu mañana a pensar en la posibilidad de tenerlos.
6 - Unos minutos de silencio
Cada uno sabe adónde le aprieta el zapato y cuánto tiempo quiere dedicarle a esta inacción maravillosa, pero no la pases por alto. La quietud es la única fuerza que organiza. Ya saltaste de la cama, te bañaste, diste las gracias, la casa está en orden e hiciste una lista de tareas para el día. Todavía no son las seis y ya hiciste muchas cosas. Es hora de tomarte un descanso, de dejar que entre el sol.
7 - Organizar el día
Ya tenés tu lista de tareas. Llegó el momento de decidir qué vas a hacer primero y cuándo. Si la realidad te obliga a ir por otros caminos, te adaptarás y estas cosas volverán a aparecer en próximas listas. Lo importante es que vos tengas un plan, porque la mayor parte de las veces vas a poder llevarlo a cabo, y en un año vas a haber hecho muchas más cosas que si sólo hubieras estado esperando a ver qué te traían los días.
8 - Leer
El hábito de leer no sólo que ayuda a las neuronas a ponerse en marcha sino que te permite ampliar tus horizontes. Un poco cada día es mucho en un año. Lo que puedas, de lo que te interese. Leer. El saber no ocupa lugar (o si lo ocupa no tenemos que preocuparnos porque tenemos de sobra) y te hará una personas más productiva e interesante.
9 - Afirmaciones y visualizaciones
Si bien son dos cosas distintas, las ponemos en el mismo combo. Tomate un tiempo para elegir algunas frases que representen algo que te interesa ser, tener o hacer. Expresalas en tiempo presente. Repetilas todos los días. Grabalas en tu cerebro hasta que te parezcan verdades indiscutibles. Poco a poco, tu realidad va a tener que adecuarse a tu pensamiento. Si tenés ochenta años y querés jugar en la primera del Barcelona, es posible que este consejo no sirva de nada. Pero si es algo que entra dentro del espectro de lo posible, sí. Visualizar es más o menos lo mismo pero viendo en tu mente el resultado ya obtenido.
10 - Mostrale tu afecto a alguien
De ser posible, a otro ser humano y en vivo. Eso libera endorfinas y te predispone a empezar el día con el pié derecho. Además, naturalmente, te volverá más popular. A todos nos gusta estar cerca de personas que nos tratan bien.
Después de todo esto, un buen desayuno y estás listo para enfrentar el día.
1 - Levantarte temprano
Al que madruga, Dios lo ayuda. Ya sea que creas o no en Dios, levantarte temprano te va a conectar con la energía ascendente del día. Además, vas a disponer de un tiempo extra para hacer cosas mientras todos duermen y hay menos posibilidades de que te interrumpan.
2 - Hacer algo que te energice
Puede ser una ducha y/o algo de gimnasia. Algo que te conecte con la actividad. Si la noche fue buena, estás descansado. Es recomendable realizar alguna acción que le recuerde al cuerpo que empezó el día y que tenés ganas de hacer cosas.
3 - Agradecer
Dar las gracias por lo que uno tiene trae todo tipo de beneficios que están muy bien explicados en los libros de autoayuda. Además, es una excelente costumbre, porque al final de cuentas hasta la realidad más difícil es mejor que nada. Si todavía respirás, da las gracias. Todos tenemos problemas, pero también tenemos muchas cosas que a otros les parecerían motivo suficiente para celebrar y nosotros damos por sentadas. Es muy posible que si lo pensás un poco encuentres muchas razones por las cuales estar agradecido.
4 - Ordenar tus cosas
Hacer la cama, ordenar tus papeles, abrir las ventanas. Limpiar los platos que quedaron de la noche anterior. Darle de comer al gato. Planchar la camisa. Preparar todo para salir a escena con las emociones y los trámites al día.
5 - Hacer una lista de tareas
Si sos muy feliz yendo de acá para allá como una hoja en el viento, olvidate de este punto. Si te parece que un poco de organización te podría ayudar, hacé una lista de tareas describiendo detalladamente las acciones que tendrías que realizar para que tus objetivos se materialicen. Si no tenés objetivos, o no tenés idea de qué hacer, dedicale un tiempo de tu mañana a pensar en la posibilidad de tenerlos.
6 - Unos minutos de silencio
Cada uno sabe adónde le aprieta el zapato y cuánto tiempo quiere dedicarle a esta inacción maravillosa, pero no la pases por alto. La quietud es la única fuerza que organiza. Ya saltaste de la cama, te bañaste, diste las gracias, la casa está en orden e hiciste una lista de tareas para el día. Todavía no son las seis y ya hiciste muchas cosas. Es hora de tomarte un descanso, de dejar que entre el sol.
7 - Organizar el día
Ya tenés tu lista de tareas. Llegó el momento de decidir qué vas a hacer primero y cuándo. Si la realidad te obliga a ir por otros caminos, te adaptarás y estas cosas volverán a aparecer en próximas listas. Lo importante es que vos tengas un plan, porque la mayor parte de las veces vas a poder llevarlo a cabo, y en un año vas a haber hecho muchas más cosas que si sólo hubieras estado esperando a ver qué te traían los días.
8 - Leer
El hábito de leer no sólo que ayuda a las neuronas a ponerse en marcha sino que te permite ampliar tus horizontes. Un poco cada día es mucho en un año. Lo que puedas, de lo que te interese. Leer. El saber no ocupa lugar (o si lo ocupa no tenemos que preocuparnos porque tenemos de sobra) y te hará una personas más productiva e interesante.
9 - Afirmaciones y visualizaciones
Si bien son dos cosas distintas, las ponemos en el mismo combo. Tomate un tiempo para elegir algunas frases que representen algo que te interesa ser, tener o hacer. Expresalas en tiempo presente. Repetilas todos los días. Grabalas en tu cerebro hasta que te parezcan verdades indiscutibles. Poco a poco, tu realidad va a tener que adecuarse a tu pensamiento. Si tenés ochenta años y querés jugar en la primera del Barcelona, es posible que este consejo no sirva de nada. Pero si es algo que entra dentro del espectro de lo posible, sí. Visualizar es más o menos lo mismo pero viendo en tu mente el resultado ya obtenido.
10 - Mostrale tu afecto a alguien
De ser posible, a otro ser humano y en vivo. Eso libera endorfinas y te predispone a empezar el día con el pié derecho. Además, naturalmente, te volverá más popular. A todos nos gusta estar cerca de personas que nos tratan bien.
Después de todo esto, un buen desayuno y estás listo para enfrentar el día.