Os alquimistas

Estou pronto para ouvir as mensagens do alem.

Estou esperando uma palavra, uma oração, um parágrafo.

Na verdade, estou esperando uma revelação, o um amor, se é que podemos vê-los como duas coisas distintas.

Compreendo que a sensação de espera é o que esta limitando a manifestação.

Deixo de esperar e começo.

Sou uma antena.

A diferença entre meu novo corpo e aquele de uma antena parabólica é que eu não tenho forma, estou feito de silêncios e meu coração é o vazio.

Entendo que por esse caminho se dificulta a chegada de um amor tradicional.

Porem, se abre a porta para um transcendente.

Um amor libertário; tão transparente e silvestre como as flores roxas de um campo eletromagnético qualquer.

Ainda não, ainda não...

Quando se não agora?
O momento preciso é este.
Só agora podemos voar por sobre ou entre as aparências da matéria.
Agora que a gente se encontrou, é hora de brincar.
Relaxar, respirar, desfrutar.
Agora sim podemos começar, os canais estão abertos.
Não esperes historias do passado ou sonhos de aventuras futuras.
Aqui só encontrarás esse vento suave que acaricia e nutre.
Tal vez, em algum momento, quando nossos braços e pernas voltem a existir e ter sentido, a gente possa se relacionar de forma mais animal.
Por enquanto, o espaço entre os planetas é o que da consistência ao vôo.
Imagino que acabas de entender que poderíamos seguir conversando por toda a eternidade, e que as palavras em uma conversação honesta não precisam do aval da coerência para alcançar o alvo e convertê-lo em um jasmim.
* * *
Querida mía,
A continuación encontrarás la versión en español. Espero que la disfrutes y  sepas disculpar eventuales errores ortográficos de la original. El corrector no hace milagros.
Me atrevo a suponer que puedo también cometer errores gramaticales y de cualquier otro tipo, pero que tendrás a bien perdonarlos o ayudarme a corregirlos ya que la esencia se transmite. 
* * *

Estoy listo para oír los mensajes del más allá.

Estoy esperando una palabra, una oración, un párrafo.

La verdad es que estoy esperando una revelación, o un amor, si es que podemos verlos como dos cosas distintas.

Comprendo que la sensación de espera es lo que está limitando la manifestación.

Dejo de esperar y empiezo.

Soy una antena.

La diferencia entre mi nuevo cuerpo y aquel de una antena parabólica es que yo no tengo forma, estoy hecho de silencios y mi corazón es el vacío.

Entiendo que por este camino se dificulta la llegada de un amor tradicional.

Sin embargo, se abre la puerta para uno trascendente.

Un amor libertario; tan transparente y silvestre como las flores violetas de un campo electromagnético cualquiera.

Todavía no, todavía no…

¿Cuándo si no ahora?
El momento preciso es este.
Sólo ahora podemos volar sobre —o entre— las apariencias de la materia.
Ahora que nos encontramos, es hora de jugar.
Relajar, respirar, disfrutar.
Ahora sí podemos comenzar, los canales están abiertos.
No esperes historias del pasado o sueños de aventuras futuras.
Aquí solo encontrarás ese viento suave que acaricia y nutre.
Tal vez, en algún momento, cuando nuestros brazos y piernas vuelvan a existir y tener sentido, nos podamos relacionar de una forma más animal.
Mientras tanto, el espacio entre los planetas es lo que le da consistencia al vuelo.

Imagino que acabás de entender que podríamos seguir conversando por toda la eternidad, y que las palabras en una conversación honesta no precisan del aval de la coherencia para alcanzar el blanco y convertirlo en un jazmín.


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