Tal para cual

Los refranes populares transmiten una sabiduría casi indiscutible.

Sin embargo, todos tienen su opuesto.

"Al que madruga, Dios lo ayuda" se contrapone a "No por mucho madrugar se amanece más temprano".

"Más vale bueno conocido que malo por conocer" tiene su contraparte en "El que no arriesga, no gana", etc.

En Física se dice que "los opuestos se atraen", pero también que "lo similar atrae a lo similar".

En el Amor, que es el tema que más nos interesa, vemos que ser «el uno para el otro» podría estar representado por cualquier tipo de mezcla de "los opuestos se atraen" con "lo similar atrae a lo similar."

Al reflexionar sobre este tema y comprender que no existe una única fórmula para establecer una relación exitosa, nos damos cuenta de que lo más importante es disponerse a vibrar en la aventura de encontrarse con el otro (o la otra).

Nota: por favor, no me pidas que incluya en este informe las relaciones de más de dos personas, obligándome a aclarar que entre las posibilidades también están: el otro/los otros, la otra/las otras, y todas sus combinaciones posibles. Las damos por sobreentendidas.

Como te decía, para mí lo importante es amar, entregarse a la relación con todo lo que ello implique, siempre y cuando sea para beneficio mutuo, claro. Tampoco es cuestión de andar sufriendo y aceptando los caprichos de alguien que en los primeros encuentros parecía un ángel y a los dos meses demuestra ser un demonio.

La pregunta del millón es: ¿Qué tipo de pareja nos conviene? ¿Una que sea muy parecida a nosotros, o una que sea el polo opuesto y complementario? ¿Tal vez una que represente el camino del medio?

Yo me atrevo a sugerir que en el caso del amor hay que dejarse llevar por la intuición.

No tanto como los perros, que confían demasiado en su olfato, sino como los seres humanos sensibles que están en contacto con sus emociones y algo les dice que una persona les conviene y otra no.


Ama y haz lo que quieras.


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