Modo incógnito

Inicié sesión en modo incógnito porque no sabía qué buscaba, pero sentía que necesitaría mantenerlo en privado, al menos por un tiempo.

Se ve que de alguna manera intuía que me quería buscar a mí mismo.

Si bien estaba convencido de que no existía algo más ridículo que buscarse a uno mismo, me preparaba para hacerlo.

Era una época en la que sufría de grandes contradicciones.

Cuando abrí el buscador, no supe qué hacer. Después de mirarlo por algunos minutos, decidí empezar por lo obvio:

—¿Quién soy yo? —pregunté.

—Cerca de 1,920,000 resultados (0.57 segundos) —respondió.

Comprendí que si encontrar la respuesta que buscaba dependiera de mi capacidad de analizar toda la información disponible en esos casi dos millones de resultados, sería muy improbable que tuviera tiempo de averiguarlo en esta vida.

—¿Qué tengo que hacer? —insistí.
—Cerca de 46,300,000 resultados (0.56 segundos) —respondió.

La cosa se ponía cada vez peor. Con algo de miedo de que mi próxima pregunta produjera todavía más resultados, pero logrando vencer mi temor sin mucho esfuerzo porque sentía la protección que me daba estar en modo incógnito, le pregunté cómo podría encontrar a mi pareja ideal.

Para mi sorpresa, la cantidad de entradas que me dirían cómo lograrlo eran menores a las que necesitaría leer para saber quién era yo. 

Ahí entendí por qué encontrar pareja es más fácil que conocerse a uno mismo.

Era un artículo para mujeres. Tal vez porque soy un poco holgazán, o porque también intuía que encontrar pareja es más divertido que encontrarse a uno mismo, decidí empezar por ahí.

Había una entrada destacada que parecía tener la solución:

5. Conócete. No estarás lista para encontrar a tu hombre ideal hasta que estés cómoda contigo misma. Cuando puedas pasar tiempo sola, te sientas cómoda en tu propia piel y comiences a darte cuenta de tu valor como persona, será cuando estés lista para encontrar a alguien que te aprecie por todo lo que eres.

La respuesta del oráculo era inequívoca. Mientras no respondiera la primera pregunta, no podría responder las otras.

Me pregunté si habría otros como yo, yendo por la vida sin saber quiénes eran ni por qué estaban aquí. 

No lo busqué. Me di cuenta de que no iba a encontrar esa respuesta en Google.

Y mucho menos navegando en modo incógnito. 

 

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