Iluminación

Existes.
Estás iluminado.
No existes.
Eres luz.
Tu mente es una piscina llena de tiburones, o un cielo sin nubes.
¿Qué más da? 
Lo importante es que eres libre.
Saltas al abismo.
Es un caluroso día de verano.
No precisas abanicarte. 
La fuerza de la gravedad se encarga de todo.
Te desplazas a una velocidad que hace que el aire tome la apariencia -al menos para ti- de un viento huracanado.
Te preparas para zambullirte en la tierra. 
(No necesitas prepararte mucho, es inevitable.)
Haces contacto. 
La atraviesas.
Apareces en China.
Te recibe un gran maestro.
Sabiendo que venías, preparó un banquete.
Ostras, calamares y pulpos, nadan apaciblemente en el mar.
Se trata de un banquete vegetariano.


Para Daniel Rico, Guardián de la Nada.




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