Principio de incertidumbre
En el principio era la incertidumbre.
Después, también.
Aunque lo que estás buscando estuviera aquí, sería improbable que lo encuentres.
Si pudieras encontrarlo aquí, ya lo habrías encontrado en otra parte, en otro aquí.
Vos podrías objetar que algún aquí tiene que ser el primero, y que bien podría ser este.
Y yo no podría decir ni sí ni no, ni blanco ni negro, porque eso sería verdad y mentira —y todos los grados intermedios que aparentemente las separan — al mismo tiempo.
Cuando una cosa es así, no me atrevo a decir nada.
Me limito a quedarme callado o a tomarme un helado.
Ahora la cosa se puso espesa.
Ahora hay que salir a la cancha.
Ya no es suficiente decir que es posible: hay que mostrarlo con hechos concretos.
Entonces, por hoy, no voy a poder darte mucho más.
Estoy anclado, hipnotizado.
No me duele nada, no me entusiasma nada.
Es un día gris en el que el electrocardiograma hizo piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, pero sigo respirando.
Vamos a ver si mañana revivo.
Y si no, como decía José Velez, ¿qué más da? ¿qué más da? ¿qué más da?
Hay tanta vida y tanta muerte dando vueltas que una más o una menos no le va a quitar gracia al conjunto.
Después, también.
Aunque lo que estás buscando estuviera aquí, sería improbable que lo encuentres.
Si pudieras encontrarlo aquí, ya lo habrías encontrado en otra parte, en otro aquí.
Vos podrías objetar que algún aquí tiene que ser el primero, y que bien podría ser este.
Y yo no podría decir ni sí ni no, ni blanco ni negro, porque eso sería verdad y mentira —y todos los grados intermedios que aparentemente las separan — al mismo tiempo.
Cuando una cosa es así, no me atrevo a decir nada.
Me limito a quedarme callado o a tomarme un helado.
Ahora la cosa se puso espesa.
Ahora hay que salir a la cancha.
Ya no es suficiente decir que es posible: hay que mostrarlo con hechos concretos.
Entonces, por hoy, no voy a poder darte mucho más.
Estoy anclado, hipnotizado.
No me duele nada, no me entusiasma nada.
Es un día gris en el que el electrocardiograma hizo piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, pero sigo respirando.
Vamos a ver si mañana revivo.
Y si no, como decía José Velez, ¿qué más da? ¿qué más da? ¿qué más da?
Hay tanta vida y tanta muerte dando vueltas que una más o una menos no le va a quitar gracia al conjunto.