America first

No soy comunista. Soy un burgués frustrado.

Claro, en teoría, me encantaría que todos tengan de todo, pero si tengo que elegir entre que sufra otro, o que sufra yo, prefiero que sufra otro.

En ese aspecto, soy un animal.

Por otro lado, soy un meditador, y, en el fondo, me doy cuenta de que hay algo que no está bien.

Pensando en esta contradicción entre lo que siento en las visceras y lo que creo posible, nació en mi mente el deseo de escribir estas palabras para tratar de organizar mis ideas y, eventualmente, decidir qué rumbo tomar para encaminar mis energías psicofísicas.

Cuando Donald (no el Pato, ni el cantante argentino, sino el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica) apareció con ese asunto de "America First", dio en el clavo.

Esa es la naturaleza humana.


Los idealistas decimos que es necesario establecer un nuevo modelo civilizatorio en donde la cooperación sea la base de todos los relacionamientos y la competencia no sea necesaria.

Es posible que estemos muy bien orientados y que nuestro modelo ideal sea muy superior al actual, pero tenemos que entender que venimos de un origen en donde la supervivencia del más apto es la regla.

Darwin lo explicó perfectamente.

No necesitamos tomar como ejemplo la vida en la selva. Tenemos otro mucho más cercano y tan claro como ese: los espermatozoides.

Salen un montón, se les presentan varios obstáculos, y llega uno.

Si eso no te parece un ejemplo de competencia salvaje, abandoná la lectura ahora mismo porque no se me ocurre uno mejor.



Así empieza la vida de la mayoría de las especies animales.

Con las plantas no es muy diferente.

Esa es la naturaleza.

Pero puede cambiar...

Lo que los idealistas buscamos —y perdón si te confundí al decirte que soy un burgués frustrado, ya que la verdad es que soy un revolucionario 3.0 y a través de estos escritos estoy tratando de desestabilizar el sistema— es ese nuevo modelo cooperativo en el que todos puedan ser lo más felices que puedan y el éxito de las personas se mida por su capacidad de contribuir al bien común.

Justo ahora me llegó un video en Whatsapp en donde un granjero norteamericano explica cómo llegó a tener el mejor maiz de su Estado. Dice que el secreto es que comparte con sus vecinos las mejores semillas que tiene. 

El que lo entrevista, sorprendido, educado en la cultura de la competición, le pregunta cómo es eso posible, suponiendo que en America First uno debería guardarse lo mejor para uno y los demás que se arreglen. 

El granjero le explica que el viento poleniza sin discriminar, y que si sus vecinos tuvieran malas plantas, las suyas se verían afectadas y perderían calidad. 

Así que su secreto es que su triunfo depende del triunfo de su vecino.

En este mundo en que vivimos todavía es posible pasarla fenómeno mientras otros se mueren de hambre, y hay muchos que están en esa línea, sin preocuparse ni un poquito por el destino de sus semejantes.

Esa actitud, además de carecer por completo de elegancia, tiene los días contados. 

No es sustentable.

Según Bill Mollison, el padre de la Permacultura, "todos los problemas esenciales para mantener la vida sobre la Tierra ya fueron resueltos, y por esa misma razón tal vez no deberíamos hacer otra cosa que aplicar nuestros conocimientos durante el próximo siglo. Para hacerlo, deberíamos dejar de mirar a las estructuras de poder, los sistemas jerárquicos, o esperar que los gobiernos nos ayuden, e idear formas de ayudarnos a nosotros mismos”.


Introducción a la Permacultura:



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