No te metas con mis metas
—Lo que yo quiero es mandar las listas de objetivos a la concha de su madre y hacer lo que se me cante el orto —, dijo mi amigo Juan S., cuando entendió mi mensaje.
Como él estaba más perdido que yo, pensé que un poco de "Piense y hágase rico" no le vendría mal.
Tener un objetivo, saber lo que uno quiere y diseñar un plan para lograrlo, me parecía un comienzo saludable para tratar de organizar su vida y le pasé algunos consejos para tratar de identificar su "Propósito Principal Definido".
—Lo que yo quiero es tener una libertad financiera total, obtenida sin más merecimiento que el hecho de haber nacido y quererla. No quiero tener que trabajar para lograrla, no quiero invertar una vacuna o un medio de transporte ecológicamente sustentable. No quiero hacer nada más que lo que tenga ganas de hacer en el momento. No soy tan desatento como para no darme cuenta de que lo que quiero es disfrutar de todo lo que la humanidad ha conseguido construir con tanto esfuerzo sin dar nada a cambio más que la alegría que me provoca disfrutarlo. Sé que es un planteo infantil, sí, pero es mi verdad. Por lo menos, es la verdad que por el momento consigo ver. Así, que si no tenés alguna solución a esta necesidad tan primal y auténtica, te sugiero que cambiemos de tema —, agregó.
Lo que yo había logrado era realmente un triunfo miserable que no era más que una construcción artificial destinada a intentar satisfacer la misma necesidad que tenía Juan pero un poco más dentro del "sistema".
Me puse un objetivo y construí un negocio que no me interesaba (ni me interesa) con el propósito de extraer de él el dinero necesario para hacer lo que sí me interesaba que era básicamente tener tiempo libre para hacer lo que se me cantara el orto.
No por nada éramos y somos amigos.
Él es más honesto y es por eso que a los ojos del mundo le va peor que a mí.
Tiene más problemas que el Manual de Ingreso (esa imagen es un poco antigua pero me gusta tanto que no me reprimo ni su uso ni su disfrute). La mayoría de sus problemas, por no decir todos, tienen sus raíces en la falta de dinero.
Mi sueño (porque yo también tengo uno) es que la sociedad se organice de tal manera de que todas las personas reciban un sueldo que les permita acceder a vivienda, comida, ropa y actividades recreativas, sin tener que trabajar. Que trabajen sólo aquellos que sientan la necesidad de hacerlo.
Yo tenía una novia que decía que le gustaba trabajar, que si no trabajara se sentiría mal.
No duramos mucho, claro, en ese aspecto éramos incompatibles.
Bueno, queridas y queridos, creo que por hoy ha sido bastante. Me voy a correr y a hacer un poco de gimnasia.
Es domingo y puedo permitirme el lujo de sentirme ajeno a mis obligaciones y atento a mis necesidades.
Como él estaba más perdido que yo, pensé que un poco de "Piense y hágase rico" no le vendría mal.
Tener un objetivo, saber lo que uno quiere y diseñar un plan para lograrlo, me parecía un comienzo saludable para tratar de organizar su vida y le pasé algunos consejos para tratar de identificar su "Propósito Principal Definido".
—Lo que yo quiero es tener una libertad financiera total, obtenida sin más merecimiento que el hecho de haber nacido y quererla. No quiero tener que trabajar para lograrla, no quiero invertar una vacuna o un medio de transporte ecológicamente sustentable. No quiero hacer nada más que lo que tenga ganas de hacer en el momento. No soy tan desatento como para no darme cuenta de que lo que quiero es disfrutar de todo lo que la humanidad ha conseguido construir con tanto esfuerzo sin dar nada a cambio más que la alegría que me provoca disfrutarlo. Sé que es un planteo infantil, sí, pero es mi verdad. Por lo menos, es la verdad que por el momento consigo ver. Así, que si no tenés alguna solución a esta necesidad tan primal y auténtica, te sugiero que cambiemos de tema —, agregó.
Lo que yo había logrado era realmente un triunfo miserable que no era más que una construcción artificial destinada a intentar satisfacer la misma necesidad que tenía Juan pero un poco más dentro del "sistema".
Me puse un objetivo y construí un negocio que no me interesaba (ni me interesa) con el propósito de extraer de él el dinero necesario para hacer lo que sí me interesaba que era básicamente tener tiempo libre para hacer lo que se me cantara el orto.
No por nada éramos y somos amigos.
Él es más honesto y es por eso que a los ojos del mundo le va peor que a mí.
Tiene más problemas que el Manual de Ingreso (esa imagen es un poco antigua pero me gusta tanto que no me reprimo ni su uso ni su disfrute). La mayoría de sus problemas, por no decir todos, tienen sus raíces en la falta de dinero.
Mi sueño (porque yo también tengo uno) es que la sociedad se organice de tal manera de que todas las personas reciban un sueldo que les permita acceder a vivienda, comida, ropa y actividades recreativas, sin tener que trabajar. Que trabajen sólo aquellos que sientan la necesidad de hacerlo.
Yo tenía una novia que decía que le gustaba trabajar, que si no trabajara se sentiría mal.
No duramos mucho, claro, en ese aspecto éramos incompatibles.
Bueno, queridas y queridos, creo que por hoy ha sido bastante. Me voy a correr y a hacer un poco de gimnasia.
Es domingo y puedo permitirme el lujo de sentirme ajeno a mis obligaciones y atento a mis necesidades.
Comentarios
Publicar un comentario