Bella ciao

Mientras la selva amazónica se prende fuego, y la humanidad parece caminar hacia un destino sombrío, el amor continúa haciendo su trabajo como si nada.

En medio del caos, un arquitecto se interesa por una rubia que tiene una gata llamada Whisky.

Mientras pueda pagar sus cuentas y en el supermercado consiga cosas para comprar, su prioridad número uno será el amor.

Nota: o hacer el amor, si eres una persona más inclinada hacia lo práctico.

Terremotos, guerras y tsunamis, serán para él apenas temas de conversación.

Claro que ante las catástrofes dirá: "qué desastre... y los gobiernos del mundo no hacen nada... no sé adónde vamos a parar", pero el centro de su atención continuará enfocado en las piernas, los senos, los ojos y la sonrisa de la mujer que lo desvela.

El amor y el sexo son más fuertes que la razón.

El motivo por lo cual esto es así es evidente. Un universo razonable no entusiasmaría a nadie y sería insostenible. No habría justificación alguna para vivir.

El amor y el sexo, en cambio, fuentes al mismo tiempo tanto de placeres exquisitos como de problemas inexplicables, hacen que las personas siempre tengan ganas de vivir un día más.

Yo creo que hay que encontrar un punto medio.

Si queremos seguir disfrutando de las alegrías del sexo y el amor, vamos a tener que usar la cabeza para proteger el medio ambiente, que es en donde expresamos todas estas cosas que tanto nos gustan.

Aunque nos parezca que sólo vivimos en los brazos de la persona que amamos, la verdad es que pertenecemos a un sistema más amplio.

Dejarles la responsabilidad de cuidar del medio ambiente a los políticos es como dejar a tus hijos en un jardín de infantes administrado por pedófilos.

Hacé tu parte.

Y juntate con otros que tengan ideas similares.

Pero no te juntes sólo para ver al Profesor y su banda en cuarta temporada de La Casa de Papel.

Juntate también para hacer otras cosas y conversar de estos temas.

Después sí, como decía un santo cristiano, "ama y haz lo que quieras".