Sorpresa

Todo hace suponer que los seres humanos podemos cambiar.

A diferencia de los animales que no tienen un cerebro tan desarrollado como el nuestro , podemos tomar decisiones que nos permitan vivir realidades muy distintas a las que aparentemente estábamos destinados a vivir.

Digo suponer y aparentemente porque en el fondo nadie tiene idea de qué es lo que está pasando acá.

De repente nacemos, somos adolescentes, adultos, ancianos, y volvemos a desintegrarnos.

Ese sería el ciclo natural obvio, visto desde afuera.

Si hay un espíritu o una consciencia capaz de reencarnar, o continuar su proceso evolutivo en otro lado, eso no lo sé y por eso no puedo ni afirmarlo ni negarlo, pero, por suerte para vos, tampoco es el tema de esta entrada.

Toda esta introducción es para justificar el hecho de que conozco a una persona, con la cual me unen lazos sanguíneos,

Nota: hoy tal vez no debería escribir... Tengo ganas de justificarme por todo. Siento una irresistible necesidad de decir que en el fondo todos estamos unidos por lazos sanguíneos, o, simplemente, unidos, porque en el universo nada puede estar desunido. El Yoga, que propone, como la religión, una re unión, en realidad propone apenas una toma de consciencia de la unión inevitable.

Nota 2: nunca escribo con tantas comas. No sé qué me pasa. Me parece que estoy canalizando de una fuenta desconocida.

Nota 2, inciso 1: Voy a tomar las riendas de esta historia. Al final, este es MI BLOG.

Decía que tengo una pariente que me envió un artículo en el cual se ve cómo varios famosos fueron afectados por el paso del tiempo, el abuso de sustancias, los accidentes o las cirugías estéticas.

Nota 3: por las dudas que te interese, este es el artículo.

La verdad es que a mí mucho no me interesa saber si Jessica Simpson engordó después del embarazo o si es una diosa como Pampita después de parir a cuatro.

De todas formas, como soy un antropólogo amateur, y trato de responder a todos los mensajes que me envían, vi la evolución de muchos de estos famosos desde el punto de vista en que la presentan en la nota que me mandó mi pariente.

Si bien no es necesario tener un doctorado en biología para darse cuenta de que las personas envejecemos (y esto es algo que le pasa hasta a los más jovencitos), me llamó la atención el hecho de que muchos de estos famosos, símbolos del éxito social y profesional, tengan problemas con las drogas y se sometan a cirugías totalmente innecesarias (por lo menos desde el punto de vista desde los que estamos afuera de su cuerpo).

Si Megan Fox se hace una cirugía para estar más bonita, una persona normal tendría que pedir un reemplazo total de cuerpo.

Sin embargo, todo hace suponer que por alguna u otra razón, en algún momento, Megan Fox sintió que necesitaba operarse para ser más bonita.

En síntesis, todo esto fue para justificar el hecho de que tengo una pariente que cree que a mí me podría interesar un artículo de esa naturaleza.

Ahora me doy cuenta de que justificarme por eso sería tan ridículo como una cirugía estética de Megan Fox.

La única cosa que parece ser verdad es que estamos acá, todos unidos en esta sopa infinita en la que nos movemos y tenemos nuestro ser.

Creo que, como dijo Jesús, lo más sensato sería amarnos los unos a los otros.

El resto es literatura.






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