La evolución de las especies

A la hora de la verdad, parece que Darwin tenía razón: se trata de la supervivencia del más apto. 

Si bien todo lo que existe está destinado a desintegrarse y transformarse, resulta evidente que la semilla que tiene más posibilidades de transportar el conocimiento genético y espiritual desarrollado por una especie es la que genera más expectativas a la hora de ser sembrada.

Si observamos atentamente la ilustración que acompaña esta reflexión, veremos que hasta entre los súper héroes existe una admiración por la herramienta que parece ser más apta para depositar la semilla en el lugar más adecuado.

El tamaño no es todo, claro, pero no podemos negar que influye, o, por lo menos, confunde o ilusiona.

Es como con el dinero: todos sabemos que no es garantía de felicidad, pero ¿a quién no le gustaría tenerlo?

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