La pandemia interior

Como individuo, veo tres alternativas:

1 - No me contagio
2 - Me contagio y sobrevivo
3 - Me contagio y sueno

Como miembro de una sociedad, veo muchas más.

Por el momento, especular cuál podría llegar a ser en el futuro la participación de la especie Homo Sapiens sobre el planeta, si es que la tiene, me parece más un buen ejercicio intelectual que una necesidad urgente.

Ahora lo urgente es protegernos.

En cuanto pase, la necesidad urgente ideal sería organizarnos, aunque es posible que en cuanto pase nos demos unos abrazos e intentemos de todo corazón volver a nuestras vidas así como las conocíamos, que ahora nos parecen mucho mejores de los que nos parecían antes.

Eso es lo que tienen de bueno los dolores en general. Nos recuerdan lo bien que estábamos antes de sentirlos. Son pocos los que agradecen todos los días por poder caminar, comer o respirar.

En cuanto a la protección elemental que el momento pide, vamos a enfocarnos en dos cosas (vamos a separarla en dos para fines prácticos. Todo hace suponer que se trata de una sola):

Cuidados del cuerpo

1 - Dieta alcalina. Frutas, verduras, semillas. Evitar ultraprocesados, gaseosas, etc. Ideal: monodieta (una cosa por vez). Que tu alimento sea tu medicina.
2 - Tomar sol.
3 - Hacer algún tipo de gimnasia adecuada a la circunstancia personal.

Cuidados de la mente

1 - Relajar
2 - Aceptar
3 - Abrir la mente para encontrar caminos de bienestar en la nueva situación
4 - Estudiar, aprender
5 - Reír
6 - Meditar
7 - Si no aguantás la soledad, confinate con otros. Si no tenés con quién, buscá entre tus vecinos. Seguramente haya otros que estén en una situación parecida. Seguramente hay muchas personas que necesitan ayuda.
8 - Acá agregá lo que a vos te parezca, lo que te haga bien.

Lo importante es recordar que mientras hay vida hay esperanza.

A mi me gusta pensar en una utopía que por el momento parece ser apenas una utopía, pero viendo que hace tres meses todos pensábamos que estas pandemias sólo podían pasar en las películas norteamericanas, y hace cien años si alguien hubiera dicho que todos íbamos a tener un aparato con el que podíamos comunicarnos con cualquier parte del mundo o saber casi todo lo que hay para saber nos hubieran considerado como lunáticos soñadores, tal vez mi sueño no sea absolutamente imposible.

Mi sueño es igual al tuyo, al de Lennon en Imagine. Es el de todos aquellos a los que nos gustaría que las cosas fueran más fáciles, que el amor, la paz y la abundancia fueran lo normal y que hubiera muy pocas excepciones (o ninguna, si fuera posible).

Lo que para mí está más o menos claro es que un Nuevo Orden Mundial de ese tipo no puede llegar impuesto por la fuerza. Tiene que venir de algún tipo de evolución de la conciencia colectiva.

Gobiernos, leyes y controles, en caso de ser bienintencionados y capaces, podrán, tal vez, organizar las cosas un poco mejor.

Pero el Gran Sueño tiene que llegar como una revelación, una pandemia interior que acabe con nuestros aspectos miserables y permita que nuestras mejores capacidades brillen en cada movimiento.



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