La palabra precisa
Ojalá pase algo que te borre de pronto..
En el fondo del inconsciente
de quien lee
anida la esperanza de que algún día
se presente ante sus ojos
la combinación de signos
que descubra su alma,
reconozca su existencia,
y,
de ser posible,
la celebre.
Muchos dirán que leen en busca de conocimiento o diversión, pero la verdad es que, lo sepan o no, su anhelo más profundo es alcanzar la libertad total.
Nota 1: como te imaginarás, no vamos a intentar describir aquí las características de la libertad total. La mencionamos y punto. Quien la sienta, como se sienten el amor o el dolor de muelas, entenderá. Quien no, bueno, no habrá manera de explicarle.
Si alguien consiguiera ordenar las palabras de forma que funcionaran como un mapa genético del espíritu de quien lee, el o la lectora eventuales se sentirían, además de reconocidos, acompañados.
Ya no estarían solos en este universo infinito.
Habrían encontrado un par perfecto, alguien que conoce su esencia de tal forma que es capaz de compartir cualquier tiempo y espacio con la suavidad de la seda o la cera...
No, no, por favor, que no venga el albino...
Basta, Alejandro, por favor usted, no sea chiquilín... si va a escribir, escriba y callesé... es la única forma...
Ok.. ok.. es que siempre me sorprende...
Decíamos que ningún escrito puede tener la inminencia de esta respiración.
No importa que se trate de una obra monumental como Hamlet, Rayuela o Cien años de Soledad.
No importa.
Nadie cambiaría una sola respiración por todas la joyas de la literatura juntas.
Eso tiene que quedar bien claro, sino tanto la búsqueda como el encuentro se hacen imposibles.
Nota 2: sólo para que conste en actas, quiero decir que estoy escuchando unas baladas de jazz en Youtube y que justo ahora que estaba más perdido que nunca apareció Miles Davis con su Kind of Blue... qué maravilla... es de lo que más se acerca a la inminencia de la respiración...
Por favor...
Sí, sí...
Y entre los buscadores —entre los que se encuentran, naturalmente, también quienes escriben—, existe el mismo anhelo.
Claro, como no sabemos cómo será —porque si supiéramos cómo es ya lo conoceríamos—, imaginamos que puede tratarse de un orden cibernético superior, organizado con la precisión quirúrgica que tendría un robot producido por una civilización mucho más avanzada que la nuestra.
A los más románticos les gusta pensar que puede tratarse de una especie de poema libre y colorido comparable al vuelo de una mariposa o un amanecer junto al mar.
Lo que es importante destacar es que, sea como sea, nunca tendrá la inminencia de esta respiración.
Es por eso que muchos adeptos a las artes terminan desembocando en la meditación.
Sienten que con cada respiración reciben algo que es mayor que todas las poesías que fueron, son y serán escritas alguna vez.
Sienten que la mejor prosa, junto a todas las sinfonías, canciones y demás combinaciones sonoras, conocidas y por conocer, no llegan a producir en su conciencia una huella que pueda siquiera compararse con aquella sutil e invisible que produce el paso del aire por sus fosas nasales al moverse desde el infinito hacia la nada, y viceversa.
Eso tiene que quedar claro. Por favor, póngalo en negrita.
Sí, sí, ya está...
Recuerde que aquí no estamos intentando lograr ese milagro —no aspiramos a tanto—, aquí estamos apenas a su lado, abrazándola y diciéndole que todo está bien.
Comentarios
Publicar un comentario