Yo también tengo una vida
Cuando queremos saber algo sobre la nobleza, vamos a la peluquería y leemos la revista Hola. Si buscamos chismes de la farándula, tenemos la revista Caras. Para deportes, El Gráfico, Olé, etc.
Para lo que querramos, hay una revista, o una página web que nos cuenta todo lo que queremos saber con lujo de detalles.
Sin embargo, y esto no lo digo con conocimiento de causa, sino por pura intuición, me parece que no hay una revista que nos cuente el día a día de las estrellas del cine porno.
Si queremos saber más sobre Lana Rhoades, o sobre Jordi "el niño polla", lo único que podemos hacer es verlos desnudos y transpirando en otra película. Nunca los vamos a ver jugando al truco o en el bautismo del hijo de una amiga.
¿Será que lo único que tiene para decir Mia Malkova es "oh, yeah, just like that, just like that, fuck me harder"? ¿No irá al dentista, o al casamiento de una prima?
¿Será que esa revista no existe porque no tendría público, o porque todavía a nadie se le ocurrió y lo que estoy proponiendo es un nicho aún inexplorado que podría ser la oportunidad con la que están soñando tantos jóvenes entrepreneurs con espíritu innovador?
Imaginemos lo cerca que uno podría sentirse de su pornstar favorita si además de conocer toda su ropa interior y cada uno de sus lunares, pudiera verla también cocinando un guiso de lentejas o llevando a pasear a su perro.
Creo que podríamos dar un salto cuántico en las relaciones interpersonales.
Cuando vamos al cine a ver una película de acción con Margot Robbie, somos capaces de esperar una hora y media para ver un plano lejano de sus senos mientras se baña. Y, si gracias a la buena voluntad del director lo logramos, nos vamos contentos. En el cine porno es al revés. Rara vez tenemos la oportunidad de ver a las estrellas vestidas por más de dos minutos.
Por el momento, lo único que podemos hacer con las estrellas del cine porno es encender nuestro deseo una y otra vez tratando de que sea cada vez mayor al imaginarlas en situaciones cada vez más incandescentes.
—¿Viste que tal, que hasta hace poco sólo tenía sexo tradicional con hombres, ahora participa de orgías interraciales en donde lo único que se respeta es la especie (humano), ya que el género pasó a ser algo que a nadie le importa?—, nos pregunta un amigo.
—Ah, no, no sabía... pasame un link... cuando llegue a casa lo veo...—, responde uno.
¿Cuándo voy a poder enamorarme de mi actriz favorita si lo único que se de ella es que hace el amor con hombres y mujeres de cualquier raza y religión en las posiciones más descabelladas que a uno se le puedan imaginar? ¿Cuando haga el amor con todos los integrantes de un equipo de rugby de mutantes extraterrestres?
Ese no es el camino.
Hay que volver a las bases.
Cuando se elige a Miss Mundo, uno de los momentos más importantes es cuando les hacen la entrevista.
Ya todos vimos a las participantes en malla y sabemos que están más fuerte que el increíble Hulk. Ahora queremos que nos sorprendan con un poema de Neruda, con una visión del mundo que no hubiéramos esperado pudiera desarrollarse en una estructura de carne tan armónica.
Por lo general, las chicas son profesoras de inglés, o estudiantes de arquitectura, y su sueño es acabar con el hambre y alcanzar la paz mundial.
Uno se los perdona porque son bellísimas, pero qué ganas de oír un poco más...
En el caso de las actrices (y los actores) del cine adulto, por llamarlo de alguna manera, en lo que se refiere a estímulos sexuales uno ya vió todo lo que tenía para ver.
Lo único que nos queda es conocerlos como seres humanos, saber qué sienten, qué anhelan.
O, por lo menos, qué hacen cuando no están haciendo el amor.
¿Tendrán vidas apasionantes o serán aburridísimas?¿Soñarán con un mundo mejor o con comprarse una Ferrari?¿Irán al súper con una bolsa de tela?
¿Cómo será un día común en la vida de esa chica a la que he visto con un nivel de detalle con el que no he visto ni a mi propia novia?
Nota: tengo que confesar que a la hora de ir a la cama, voy sin anteojos. Cuando me voy a bañar, también. Lo bueno de ir al baño sin anteojos es que cuando me miro al espejo me parece que tengo 15 años. Creo que esa es la única ventaja de la presbicia...
Aunque no sean muy estimulantes, esas personas deben tener también sus ilusiones y sus problemas.
Queremos conocerlos.
Bueno, no sé... tal vez no de para una revista mensual... tal vez de apenas para un libro con 100 entrevistas, las más apasionantes... o para una novela llena de mentiras e intrigas imaginarias...
No quiero seguir indagando... sería una gran desilusión enterarme que son personas normales...
Como decía Joe Cadorna: "Cuando te guste un libro, no quieras leer las obras completas de su autor. Si no podés resistir la tentación, lee las obras completas, pero no quieras conocer su vida privada. En algún momento te vas a desilusionar."
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