Tubo 'e carne
A diferencia de Maradona, al que también le gusta responder preguntas, pero es mucho más consultado, yo parto siempre de la base de que mi ignorancia es mas vasta que el más vasto de los océanos, y se ve que las personas que me conocen piensan lo mismo.
La lectora Patricia B., del barrio porteño de Caballito, se ve que no me conoce y me pregunta por qué los orientales tienen tantos nombres poéticos para describir los órganos genitales femeninos y cuando se refieren al miembro masculino lo hacen con la misma vulgaridad con que lo haría un camionero búlgaro, y quiere saber también por qué en Argentina la mirada poética se ha perdido en ambos casos.
Querida Patricia,
lo primero que debes saber es que mis conocimientos del tema son mínimos, por no decir inexistentes, y que me atrevo a responderte apenas porque aunque sepa que no lo merezco no puedo resistir la tentación de colocarme en el lugar del sabio.
Palacio de jade, Entrada de la Habitación de la Felicidad, la Grieta Deliciosa, y tantos otros nombres maravillosos nos deslumbran y nos llenan de ilusión cuando leemos relatos taoístas que por alguna u otra razón se refieren a esa parte tan representativa del sexo femenino.
La pregunta es por qué no llaman a su contraparte masculina El Cohete que Descubre Universos, La Torre que Llega al Cielo, El Osado Cíclope Mutante, etc.
En la medida en que me animo a creer en algo, imagino que lo hacen impulsados por el mismo principio que se expresa en tantos aspectos del acontecer humano (y animal): la fascinación por lo oculto. Todo parece más interesante y necesario cuando no se lo tiene.
Pensemos en el dinero, o en el sexo mismo. Cuando uno no tiene dinero para pagar la luz, le parece que el dinero es lo más importante. Cuando gana 10 millones de dólares en la Lotería, se plantea hacer el amor con estrellas del cine porno, viajar por el mundo o convertirse en político. Se olvida del dinero. No lo necesita.
Lo mismo con el sexo.
Cuando uno hace rato que no le ve la cara a Dios, se excita viendo las fotos que ilustran las cajitas de tinturas para el pelo. Cuando uno tiene sexo todos los días, le interesa más la apertura del libro de pases de la Primera División B que hacer el amor.
Así con todo.
Con esto no quiero desmerecer al género al que pertenezco. Estoy muy contento con la suerte que me tocó, pero reconozco que la simplicidad de nuestra genitalia puede llevar al vulgo a nombrarla con cierto desprecio.
En cuanto a por qué en Argentina no se hace distinción y todas las descripciones son igualmente brutales, no he desarrollado aún una teoría tan refinada como la que acabo de refinar en la primera parte de la pregunta, pero para que no se diga que no respondí, voy a sugerir una.
Creo que no sólo en lo que a nombrar genitales se refiere se ha perdido la sensibilidad poética.
Después de haber podido disfrutar a Cortázar, Storni, Girondo, Pizarnik, y tantos otros, tenemos que conformarnos con Daddy Yankke:
Mamita yo sé que tú no te me va a quitar (duro)
Lo que me gusta es que tú te dejas llevar (duro)
Todos los weekends ella sale a vacilar (duro)
Mi gata no para de janguear porque (yeah)
A ella le gusta la gasolina (whatcha say)
Dame más gasolina (hey)
Como le encanta la gasolina (whatcha say)
Dame más gasolina (hey)
Bueno... estaba tan nervioso por poder responder una pregunta que no sé si lo hice bien, pero no importa... lo que importa es que lo hice con amor, que hice lo mejor que pude... otro día, si Dios quiere, tendré la oportunidad de responder otra... y así, poco a poco, iré mejorando tanto mi estilo como mi contenido.. hasta que me convierta en una referencia internacional a la hora de responder preguntas...
Tal vez algún día seré un gran oráculo, y la gente vendrá a consultarme desde los rincones más arrinconados del universo...
Espero que antes de que llegue ese glorioso momento pueda yo colocar lo mio.
Y visitar las Seychelles...
El resto es literatura...
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