Hay un solo paso: el paso doble. El paso de la patria, el paso de los toros, etc

Hay idiomas que ni siquiera reconocemos. Dicen que en el mundo se hablan alrededor de 7000 lenguas.

Y cada lengua que se habla es un mundo, un universo. 

Así como cada lengua que habla.

Alguien dice "a" y se abre una ventana a otra dimensión.

Las palabras se organizan como impulsos eléctricos, movidas por la gravedad y el viento.

Conozco una frase secreta que puede cambiarlo todo. 

Por eso no la digo nunca. Porque puede cambiarlo todo.

Si todo cambia sin necesidad de que nadie haga nada, imaginate lo que sería si dijera la frase secreta.

Se armaría un menudo kilombo. 

Menudo. Qué banda. 

Mula banda, Uddiyana banda, Setu banda.

Y ahora que digo kilombo, en el reproductor aleatorio me sale una banda que canta en un idioma que estoy seguro que es africano.

O serán aborígenes australianos, astralopitecus, Astroboy?

Parece que el vasco no se sabe de dónde viene, no le pueden rastrear el origen. 

Hay quienes sugieren que se trata de la herencia de alguna cultura extraterrestre que en algún momento visitó la Tierra.

Yo qué sé... apenas soy consciente de mi propia respiración...

Claro, of course, orsai, lo primero es respirar.

Sólo así la inspiración consciente puede hacer su ingreso triunfal para transformarse a partir de allí en la semilla de luz que fecundará el fértil terreno de la imaginación para crear, kon el tiempo, universos, y ojo que no como un castor contruye una presa, sino como un Dios crea una galaxia y con su intención la mantiene en movimiento por los siglos de los siglos. Amén. 

O cientos de ellas, al mismo tiempo. 

Imaginatevoloqueseso!

Decíamos ayer, dicen que dijo Miguel de Unamuno, a la usanza de Fray Luis de León.  

En nuestro caso, no estamos para hacer distinciones entre el ayer y el hoy. 

Estamos más allá de esas discusiones políticas.

A nosotros no gusta recorrer los bosques de la imaginación con la misma libertad y alegría con que los niños exploradores se aventuran en las caveras, sin pensar si vive allí un oso, una colonia de cuises disidentes, una aromoterapeuta sueca o un camionero búlgaro.

Ir del cielo a la tierra y de la tierra al cielo con la misma facilidad con que se impulsa un trompo o un tornado. Esa es la suerte de los ángeles. Los ángeles de Charly.

En un periquete. 

Y ni sentir la diferencia.

Así me pasó a mi, que se me acabó la música esotérica y se me dió por poner un disco de los Skatelites. Guns of Navarone. Creo que me está pasando como la primera vez que vi Blue Velvet. No sabía si era un bodrio o si era genial. Hasta la escena en cámara lenta. Ahí me di cuenta de que se trataba de una genialidad. Con este disco me está pasando algo parecido. Es muy amable! 

Suena viejo, sí, comparado con las bandas de ahora, pero tiene algo que es muy actual: Podría ser la banda del fin del mundo.

Eso de poner dos puntos e itálica es un recurso literario que me sugirió una ex amiga. Nunca me termina de convencer. Parece cosa de escritor que se quiere hacer el loco.

Una vez que estaba escuchando un concierto con música de Piazzolla en la 9 de Julio, un 31 de diciembre, pensé que esa sería una excelente música para fin del mundo.

Ahora estoy más tropical. 

Me parece que no hay melancolía que supere a la alegría, por lo menos en lo que a postura existencial epistemológica se refiere.

Soy alegre porque tengo las pelotas de una estatua, un orangután, o un semidiós.

Tengo la dignidad que me da no ser nada.

De allí, a la elección consciente de la alegría como sustento y propuesta, hay un solo paso.

Creo que esta entrada terminó con la frase anterior que es muy buena tanto como final como como principio.


Debería ponerla en negrita pero no quiero demorarme. Quiero que mis dedos se permitan recorrer el teclado como conejos químicamente estimulados, saltando de aquí para allá (por si no se entendió la metáfora).

Esto es un extra, porque quiero seguir tecleando un poco más.

Hasta que las velas no ardan.




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