Carta de un obrero de la construcción a una modelo de ropa interior

Querida Candice,

no nos conocemos y es muy probable que no nos conozcamos nunca. 

En la billetera tengo tu foto. Muchos billetes no tengo, pero tu foto me hace sentir millonario. 

Desde mi punto de vista, sos la mujer más hermosa del mundo. Desde el tuyo, imagino que no existo. Si tengo suerte, y estás leyendo estas palabras, soy un admirador más.

Hasta hace cinco minutos, pensaba que nuestro amor era imposible. 

Ahora medio que también, pero por alguna razón me siento más audaz y por eso me animé a escribirte estas palabras.

Tenés 20 años, trabajás como ángel de Victoria's Secret, hacés películas, hablás cuatro idiomas, estudiás administración de empresas, ya tenés en el banco más dinero ahorrado de lo que yo ganaría si viviera 10.000 años y estás de novia con un exitoso empresario multimillonario.

Yo tengo 63, me levanto todos los días a las cinco de la mañana, tomo tres colectivos y me paso el día en alguna obra. Vuelvo de noche, cansado. Mi señora, que también está cansada, preparó algo para comer. Charlamos un poco, para darnos ánimo, y nos vamos a dormir.    

Y así pasan los días.

Como ves, todo hace suponer que tengo más posibilidades de ganar el Quini 6 dos veces que de que aceptes una invitación mía.

Es por eso que hasta hace cinco minutos pensaba que nuestro amor era imposible.

Ahora, vaya uno a saber por qué, algo cambió. 

Mientras volvía a casa, sentí la necesidad de bajarme del colectivo. 

Me senté en un parque y me puse a mirar tu foto. De repente, me sentí muy vivo y me puse a pensar.

Tenemos tantas cosas en común!

En un universo infinito (porque podrá tener muchos defectos, pero el tema de que es infinito no lo podemos ni discutir... no podría ser de otra manera... si se acabara en algún lado, del otro lado tendría que haber algo... bueno, pero no nos distraigamos con eso...), vos y yo vinimos a coincidir en tiempo y espacio. O sea, estamos en el mismo planeta, y cuando para vos es diciembre, para mí también. Vamos, Candice, eso ya es algo. Creo que es más fácil ganar el Quini una vez que que se produzca esta coincidencia!

Los dos respiramos el mismo aire, los dos estamos obligados a comer. 

Claro, es posible que vos comas en los mejores restaurantes y que yo tenga que enfrentar una y otra vez platos de fideos recalentados y guisos de los cuales es mejor no saber mucho, pero los dos estamos obligados a comer.

Los dos necesitamos dormir. 

Vos en tu duplex en Nueva York o en un hotel cinco estrellas en París, yo una y otra vez en mi ranchito en González Catán, pero en algún momento los dos tenemos que dormir.

Tenemos que ducharnos. 

Vos serás la mujer más linda del mundo, pero si no te ducharas, tendrías la misma dificultad para conseguir novio que cualquier otra mujer que decidiera hacer lo mismo.

Lo que es más, en ese aspecto, me parece que vos la tenés más difícil que yo. 

A mí, nadie me exige demasiado.

Bueno, como sé que tu tiempo es muy valioso, lo dejo por acá. Creo que ya entendiste la idea.

Para cerrar, digamos que los dos vamos a morir. 

Antes o después, eso no lo sabemos. Lo que si sabemos es que dentro de cien años es muy posible que ninguna de las personas que hoy caminan sobre la tierra lo pueda seguir haciendo. 

Lo que es más, en cien años, muchas personas que todavía no nacieron ya van a estar tocando el arpa.

Por este milagro, Candice, es que te propongo que nos encontremos!

Como los dos estamos en pareja, sería algo de una vez, para celebrar estas coincidencias increíbles que nos unen.

Y me parece que lo mejor que podríamos hacer es mantenerlo en secreto (como Victoria... jajajaja). 

Como a pesar de tener tanto en común vos tenés más facilidad para viajar, sugiero que te desplaces hasta Buenos Aires. Eso sí, el hotel lo pago yo. Soy pobre, pero tengo dignidad.

Te paso mi Whatsapp: +54 11 798685463799676

Imagino que no nos veremos hasta el año que viene... jajajajaj

y que sea sin barbijo!!

Tuyo,

Luis.



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