Cómo escribir mejor

Tanto los que ya hace tiempo que escribimos, como quienes sienten por primera vez el deseo de hacerlo, tenemos que enfrentar alegrías y dificultades que son comunes a la mayor parte de las personas que se deciden a poner sus pensamientos por escrito.

En esta entrada quiero compartir algunas sugerencias que son el fruto de mi experiencia de años de enfrentarme al teclado ya sea por motivos profesionales y/o puramente artísticos.

1 - Por qué escribo

Lo primero que tiene que decidir quien quiere escribir es porqué lo va a hacer. Las razones no tienen porque ser místicas, no es imprescindible que uno tenga una vocación divina para que pueda permitirse poner palabras en orden. Tampoco se espera de quienes escriben que salven el mundo con sus escritos. Si uno tiene un "llamado" de fuerzas superiores que lo llevan a escribir, o si es capaz de salvar el mundo con sus textos redentores, adelante. Pero si eso no ocurre, las razones pueden ser más simples y cotidianas sin ser por ello menos importantes. Escribo porque me gusta, porque me siento bien escribiendo, porque me ayuda a organizar mis pensamientos, porque le quiero regalar poemas a las personas que quiero, porque quiero ser famoso/a, para no olvidarme de algunas cosas, porque quiero mejorar mi técnica para poder trabajar en un diario, porque me divierte, para poder ganarme la vida escribiendo, etc. Cualquier razón es buena. Lo importante es que tengas una para que cuando te sientes frente al teclado te sientas un escritor o una escritora.

2 - Para qué o para quién escribo

Una vez que establecimos la razón por la cual queremos escribir, es importante saber cuál será el destino de nuestros escritos. Para escribir un diario privado no tendremos que tener en cuanta más que nuestra propia satisfacción. Si vamos a publicar de alguna manera nuestros escritos, tendremos que prestarle también atención al hecho de que alguien va a leerlos. Los escritores que dicen que esto no es verdad se engañan a si mismos. Quien escribe y publica espera poder transmitir su mensaje. Si así no fuera, escribiría, pero no publicaría. 

Esto no quiere decir que uno tenga que modificar necesariamente su estilo o su contenido en función de una eventual audiencia. Tal vez uno sea un genio y todavía no exista una audiencia preparada para comprenderlo, pero por lo general, y más en esta época en donde los escritos aparecen por cualquier parte y en cantidad más que suficiente, es recomendable organizar el discurso de manera que un lector medio pueda comprenderlo sin necesidad de haber tenido una formación en Filosofía y Letras.

3 - Cómo promociono mis escritos

Como la mayoría de los escritores creemos que lo que escribimos tiene algún valor, solemos cometer algunos errores comunes. El primero de ellos es tratar de interesar a nuestros amigos y parientes en nuestra literatura. Si no aguantás la soledad de tener un blog que tiene muy pocas visitas, y el silencio o las cartas de rechazo de las editoras, es posible que caigas en la tentación de querer crear un público para tu arte aprovechando tus relaciones sociales. No lo hagas. Podés hacer algún intento como, por ejemplo, contarles a tus amigos que tenés un blog. Si alguno te pide la dirección, se la das. Si no, no. Mandar mensajes por WhatsApp con links a tus impresiones sobre la realidad del mundo externo o interno suele llevar al bloqueo o al silenciamiento. Quienes no aman tus escritos cuando se los enviás por primera vez, no van a amarlos después del intento 143. Lo que es más, es posible que su antipatía por tus párrafos crezca con cada propuesta. 

El diario privado y el blog son los primeros pasos. Cada tanto, si escribís algo que te parece genial, lo publicás en Facebook. Si vos ves que las fotos de tu gato tienen 300 me gusta y tus escritos apenas 4, eso puede significar dos cosas. Que la gente lee cada vez menos o que le dedica su tiempo de lectura a obras de famosos que son casi garantía de obtener lo que quiere a cambio del tiempo que le dedica, o que las redes sociales se usan más para ver fotos de gatos que escritos de amigos, y por eso es muy probable que ni los cuatro que te dieron un me gusta te hayan leído y que apenas te dieron un me gusta por inercia, porque te quieren por anteriores fotos de gatos que hayas publicado.

Si no me creés, podés hacer un experimento. Podés publicar un texto más o menos largo de un escritor famoso. Cuando el texto termina, escribí lo siguiente: Hola, soy ......., amo escribir y quise compartir este texto de ..... porque refleja perfectamente lo que yo siento acerca de..........

No te sorprendas cuando algunos de tus amigos te digan "Qué genial.............. cada día escribís mejor... este texto me emocionó mucho...."

4 - Cómo escribir mejor

Lo primero es leer con atención los textos que más te gustan. Podés leerlos dos veces, la primera para disfrutarlos, y la segunda para tratar de entender por qué te gustan y cómo el autor se las ingenió para que a vos te gusten tanto. 

Después, conocer y aplicar las reglas ortográficas de tu idioma es un requisito que a la mayoría de los escritores y lectores les parece fundamental. Si te gusta escribir con faltas de ortografía porque consideras que ese es tu estilo, hadelante. Pero no tengas muchas esperanzas acerca del posible alcance de tu literatura. Hasta las personas que no escriben bien se sienten confundidas o desalentadas cuando ven faltas de ortografía. Si las vas a usar, que sea con intención, no porque no sabés diferenciar entre "ala derecha" y "a la derecha".

Los correctores ortográficos ayudan mucho. No son infalibles, pero ayudan mucho. Tal vez no puedas alcanzar la perfección, pero inténtalo!

El tercer paso es liberar tu creatividad. Copiar a otros es un excelente ejercicio para mejorar tu técnica, pero en algún momento lo que los lectores van a querer es conocer tu estilo. Juancito es un genio, escribe como Borges... eso no le sirve a nadie. Ya tenemos muchas obras de Borges y la mayoría de nosotros no le leyó las obras completas al mismísimo Jorge Luis. Sería raro que alguien le dedicara su tiempo a leer lo que escribe alguien que escribe como otro si ni siquiera le interesa la obra del otro.

Para liberar tu creatividad, existen muchos recursos. El alcohol y las drogas no son los más recomendables, pero, si no podés evitarlos, acordate de esta sabiduría: "Escribo bebiendo vino, corrijo bebiendo café".

Hay quienes se bañan y meditan antes de escribir, hay quienes tienen un "espacio sagrado", un lugar y un tiempo en la casa (o donde sea) en donde no serán molestados y podrán dejar que su creatividad fluya libremente.

Hay quienes entran en calor con diez minutos de escritura libre y automática, o sea, escribir sin parar lo que te venga a la cabeza durante diez minutos. Después eso lo podés quemar o tirar a la basura. O, si salió algo genial, puede ser la base o el contenido de un escrito propiamente dicho. Este ejercicio sirve también como terapia. Si ves que empiezan a aparecer cosas muy conflictivas, buscá ayuda de un profesional.

Y, para cerrar... escribir... escribir... leer... escribir... 

Podemos tener todas las herramientas, pero en algún momento hay que poner las manos en la masa.

En nuestro caso, los dedos sobre las teclas o las biromes sobre el papel.

Vamos... vamos... hoy ya leíste bastante... ahora andá a escribir un poco...



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