El viaje de El Loco en el Tarot

En las últimas semanas volví a entusiasmarme con un viejo amor: El Tarot. Esta vez con un acercamiento más suave, lento y profundo. Después de comprar un mazo, bajarme algunos libros, entre los cuales tiene un papel protagónico "El Hombre y sus Símbolos", de Carl Gustav Jung, empecé una vez más a familiarizarme con las cartas.

Para este nuevo periodo de estudio, elegí el Tarot Rider Waite, que, además de tener todos los arcanos menores ilustrados, parece ser el que mejor resume los símbolos que podrían activar nuestro inconsciente.

Como mi primer amor fue el Tarot Osho Zen, rápidamente fui a ver si había una relación entre los dos. La hay. Claro, pronto descubrí que el Tarot Osho Zen tiene una carta más: El Maestro. Pensar que lo usé tanto y nunca me había dado cuenta...

Bueno, el asunto es que acá estoy, tirándome mi carta del día y leyendo sin parar. 

En uno de estos libros que estoy leyendo encontré una pequeña descripción de lo que sería el viaje del Loco por los arcanos mayores. Me pareció una buena síntesis, la traduje al español y te la presento a continuación, por las dudas que te ayude en tu camino de estudio y autodescubrimiento, o en cualquier otro que te haya llevado a interesarte por las cartas de Tarot.

Bendiciones desde Brasilia,

Ale.

El Loco

Comenzamos con el Loco, una carta de comienzos. El Loco representa a cada uno de nosotros cuando comenzamos nuestro viaje por la vida. Es un alma simple, inocente, que tiene la fe necesaria como para emprender el viaje a pesar de los eventuales peligros y dolor que le pueda traer.

Al comienzo de su viaje, el Loco es como un recién nacido: fresco, abierto y espontáneo. La figura de la carta tiene los brazos extendidos y la cabeza en alto. Está listo para darle la bienvenida a lo que se le presente, pero también parece ignorar el precipicio sobre el que está a punto de avanzar.

El Loco no es consciente de las dificultades que tendrá que enfrentar mientras se aventura a aprender las lecciones de este mundo.

El Loco es un poco diferente del resto de los arcanos mayores. Es la carta cero. El cero es un número inusual. Está exactamente en el medio del sistema numérico: entre los números positivos y los negativos. 

Al nacer, el Loco se encuentra en medio de su propio universo individual. Él está vacío (como el cero), pero siente el potencial que lo rodea y está poseído por un deseo de seguir adelante, experimentar y aprender. Es una empresa que parece una locura, pero ¿lo es?

El Mago y la Suma Sacerdotisa

Al partir, el Loco se encuentra inmediatamente con el Mago (1) y la Suma Sacerdotisa (2), las grandes fuerzas que funcionan en equilibrio en el mundo percibido. Es una característica del universo material que tan pronto como nombramos algún aspecto de la experiencia, automáticamente tenemos que pensar en su opuesto.

El Mago es el lado positivo. Representa el poder activo y masculino del impulso creativo. Él es también nuestra conciencia. El Mago es la fuerza que nos permite actuar en el mundo a través de una concentración de voluntad y poder individual.

La Sacerdotisa es el lado negativo. Ella es el inconsciente misterioso. Ella proporciona el terreno fértil en el que ocurren los eventos creativos. La Suma Sacerdotisa es nuestro potencial no realizado que espera un principio activo para expresarse.

Los términos positivo y negativo no implican "bueno" y "malo". Esas son distinciones humanas que no se aplican en el Tarot. El Mago y la Suma Sacerdotisa son absolutamente iguales en valor e importancia. Cada uno es necesario para el equilibrio. Podemos ver lo negativo como nuestra Sombra, pero recordemos que sin sombras, no podemos ver la luz, y sin una base de potencial, no podemos crear.

La Emperatriz


A medida que crece, el Loco se vuelve cada vez más consciente de su entorno. Como la mayoría de los bebés, primero reconoce a su Madre, la mujer cálida y amorosa que lo nutre y lo cuida. También llega a conocer a la Madre Tierra, quien lo nutre en un sentido más amplio.

La Emperatriz (3) representa el mundo de la naturaleza y las sensaciones. Un bebé se deleita explorando todo lo que toca, saborea y huele. Se encanta con las imágenes y sonidos que estimulan sus sentidos. Es natural deleitarse con la abundancia y la bondad de la Madre Tierra.

El Emperador

La siguiente persona con la que se encuentra el Loco es el Padre, en la figura del Emperador (4). Representa la estructura y la autoridad. Cuando un bebé deja los brazos de su madre, aprende que existen reglas en el mundo. Los objetos responden de formas predecibles que se pueden explorar. El niño experimenta un nuevo tipo de placer que proviene de descubrir el orden.

El Loco aprende que su voluntad no siempre es prioritaria y que hay ciertos comportamientos que son necesarios para su bienestar. Hay personas con autoridad que harán cumplir tales pautas. Estas restricciones pueden ser frustrantes, pero, a través de la paciente dirección del Padre, el Loco comienza a comprender su propósito.

El Hierofante

Eventualmente, el Loco se aventura fuera de su hogar para conocer el resto del mundo. Se expone a las creencias y tradiciones de su cultura y comienza su educación formal. El Hierofante (5) representa los sistemas de creencias organizados que comienzan a educar al creciente niño.

Un hierofante es alguien que interpreta misterios y conocimientos. En la carta vemos una figura religiosa bendiciendo a dos acólitos. Tal vez los esté induciendo a ser miembros de la iglesia. Aunque esta imagen es religiosa, en realidad es un símbolo de iniciaciones de todo tipo.

El niño es formado en todas las prácticas de su sociedad y pasa a formar parte de una cultura y cosmovisión particular. Aprende a identificarse con un grupo y descubre el sentido de pertenencia. Disfruta aprendiendo las costumbres de su sociedad y mostrando lo bien que puede ajustarse a ellas.

Los Amantes


Luego, el Loco se enfrenta a dos nuevos desafíos: las relaciones íntimas y descubrir sus propias opiniones. Experimenta el poderoso impulso de unión sexual con otra persona. Antes, era principalmente egocéntrico. Ahora siente la tendencia a unirse con otros, representada en los Amantes (6), de tender la mano y convertirse en la mitad de una relación amorosa. 

El Loco también necesita decidir sobre sus propias creencias. Está bien conformarse mientras se aprende y crece, pero en algún momento debe determinar sus propios valores si quiere ser fiel a si mismo. Debe comenzar a cuestionar las opiniones recibidas.

El Carro

Cuando el Loco se convierte en adulto, tiene una identidad fuerte y cierto dominio sobre sí mismo. A través de la disciplina y la fuerza de voluntad, ha desarrollado un control interior que le permite actuar sobre su entorno.

El Carro (7) representa el ego vigoroso que es el mayor logro del Loco hasta el momento. En la carta vemos una figura orgullosa y dominante cabalgando victoriosa. Tiene un control visible de si mismo y de todo lo que contempla. Por el momento, el éxito asertivo del Loco es todo lo que podría desear, y siente cierta satisfacción consigo mismo. Suya es la confianza segura de la juventud.

Fuerza

Con el tiempo, la vida le presenta al Loco nuevos desafíos, algunos que le causan sufrimiento y desilusión. Tiene muchas ocasiones para recurrir a la cualidad de la Fuerza (8). Está presionado para desarrollar su coraje y determinación y encontrar la motivación para seguir adelante a pesar de los reveses. El Loco descubre, además de la fuerza y la determinación, los silenciosos atributos de la paciencia y la tolerancia. Se da cuenta de que la conducción del carro debe estar templada por la amabilidad y el poder más suave de un acercamiento amoroso. Y justo cuando el Loco creía tenerlo todo bajo control, incluso a sí mismo, pueden surgir pasiones intensas.

El Ermitaño

Tarde o temprano, el Loco se ve obligado a hacerse la antigua pregunta "¿Por qué?" Se absorbe en la búsqueda de respuestas, no por una curiosidad ociosa, sino por una necesidad profundamente sentida de descubrir por qué la gente vive, para lo que parece ser sufrir y morir. El Ermitaño (9) representa la necesidad de encontrar una verdad más profunda y un sentido a la vida.

El Loco comienza a mirar hacia adentro, tratando de comprender sus sentimientos y motivaciones. El mundo sensual le atrae menos y busca momentos de soledad lejos de la frenética actividad de la sociedad. Con el tiempo, puede buscar un maestro o guía que pueda darle consejos y dirección.

La Rueda de la Fortuna


Después de mucho examen de conciencia, el Loco comienza a ver cómo todo se conecta. Tiene una visión del maravilloso diseño del mundo, de sus intrincados patrones y ciclos. La Rueda de la

Fortuna (10) es un símbolo del universo misterioso cuyas partes trabajan juntas en armonía. Cuando el Loco vislumbra la belleza y el orden del mundo, aunque sea brevemente, encuentra algunas de las respuestas que estaba buscando.

A veces sus experiencias parecen ser obra del destino. Un encuentro fortuito o un acontecimiento milagroso inicia el proceso de cambio. El Loco puede reconocer su destino en la secuencia de eventos que lo llevaron a ese punto de inflexión. Habiendo estado solo, se siente listo para el movimiento y la acción nuevamente. Su perspectiva es más amplia y se ve a si mismo dentro del esquema más grande de un plan universal. Su sentido de propósito ha sido restaurado.

Justicia

El Loco ahora debe decidir qué significa esta visión para él. Mira hacia atrás para rastrear las relaciones de causa y efecto que lo han llevado a este punto. Asume la responsabilidad de sus acciones pasadas para poder enmendarse y asegurar un curso mejor para el futuro. Las demandas de la Justicia (11) deben ser atendidas para que pueda hacer borrón y cuenta nueva.

Este es un momento de decisión para el Loco. Está tomando decisiones importantes. ¿Permanecerá fiel a sus nuevas ideas, o volverá a caer en una existencia más fácil e inconsciente que le impide un mayor crecimiento?

El Colgado

Sin desanimarse, el Loco sigue adelante. Está decidido a hacer realidad su visión, pero descubre que la vida no es tan fácil de domesticar. Tarde o temprano, se encuentra con su cruz personal, una experiencia que parece demasiado difícil de soportar. Este abrumador desafío lo humilla hasta que no tiene más remedio que rendirse y dejarse llevar.

Al principio, el Loco se siente derrotado y perdido. Cree que lo ha sacrificado todo, pero desde lo más profundo de su ser surge una verdad que lo sorprende. Descubre que cuando renuncia a su lucha por el control, todo empieza a funcionar como debería. Al abrirse y permitirse ser vulnerable, el Loco descubre el apoyo milagroso de la existencia. Aprende a rendirse a sus experiencias, en lugar de luchar contra ellas. Siente una alegría sorprendente y comienza a fluir con la vida.

El Loco se siente suspendido en un momento atemporal, libre de urgencias y presiones. En verdad, su mundo se ha puesto patas arriba. El Loco es El Colgado (12), aparentemente martirizado, pero en realidad sereno y en paz.

La Muerte

El Loco ahora comienza a eliminar viejos hábitos y enfoques que ya no le sirven. Elimina lo que no es esencial porque aprecia lo básico de la vida. Pasa por varios finales mientras deja atrás los aspectos superados de su vida. Su proceso se parece a la muerte porque es La Muerte (13) de su yo habitual para permitir el crecimiento de uno nuevo.

A veces, este cambio inexorable parece estar aplastando al Loco, pero finalmente se levanta para descubrir que la muerte no es un estado permanente. Es simplemente una transición a una forma de vida nueva y más satisfactoria.

Templanza


Desde que conoció al Ermitaño, el Loco se ha balanceado salvajemente de un lado a otro en un péndulo emocional. Ahora, se da cuenta de la paz que puede darle de la templanza (14). Descubre el verdadero equilibrio. Al experimentar los extremos, ha llegado a apreciar la moderación. El Loco ha combinado todos los aspectos de si mismo en un todo centrado que brilla con salud y bienestar. ¿Cuán elegante y suave es el ángel de la carta 14 en comparación con el gobernante poderoso pero rígido del carro? El Loco ha recorrido un largo camino para entender qué importante es la armonía.

El Diablo

El Loco tiene ahora salud, paz mental y una elegante compostura. ¿Qué más podría necesitar? En términos cotidianos, no mucho, pero El Loco es valiente y continúa buscando en los niveles más profundos de su ser. Pronto se encuentra cara a cara con el Diablo (15).

El Diablo no es una figura malvada y siniestra que reside fuera de nosotros. Es la ignorancia y la desesperanza que viven dentro de cada uno de nosotros en algún nivel. Los encantos del mundo material nos atraen de manera tan irresistible que a menudo ni siquiera nos damos cuenta de nuestra esclavitud a ellos.

Vivimos en una gama limitada de experiencias, sin darnos cuenta del mundo glorioso que es nuestra verdadera herencia. La pareja que se ve en la carta está encadenada, pero podrían tranquilamente liberarse de esas cadenas si quisieran. Se parecen a los amantes, pero no se dan cuenta de que su amor está limitado dentro de un rango estrecho. El precio de esta ignorancia es el dolor.

La Torre


¿Cómo puede el Loco librarse del Diablo? ¿Podrá acabar con su influencia? El Loco solo puede encontrar liberación a través del cambio repentino representado por La Torre (16). La Torre es la fortaleza del ego que cada uno de nosotros ha construido alrededor de su hermoso núcleo interior. Gris, fría y dura como una roca, esta fortaleza parece proteger, pero en realidad es una prisión.

A veces, solo una crisis monumental puede generar suficiente poder para romper las paredes de la Torre. En la Carta 16 vemos un rayo golpeando la construcción. Los ocupantes fueron despedidos por el impacto y parecen estar cayendo a la muerte. La corona indica que alguna vez fueron gobernantes orgullosos; ahora son humillados por una fuerza superior.

El Loco puede necesitar una sacudida severa si quiere liberarse, pero la revelación resultante hace que la dolorosa experiencia valga la pena. La oscura desesperación desaparece en un instante, y la luz de la verdad puede brillar.

La Estrella

El Loco está impregnado de una calma serena. Las bellas imágenes de la Estrella (17) atestiguan esta tranquilidad. La mujer representada en esta carta está desnuda, su alma ya no se esconde detrás de ningún disfraz. Las estrellas radiantes brillan en un cielo sin nubes y sirven como un faro de esperanza e inspiración.

El Loco está bendecido con una confianza que reemplaza por completo las energías negativas del Diablo. Se restaura su fe en si mismo y en el futuro. Está lleno de alegría y su único deseo es compartirla generosamente con el resto del mundo. Su corazón está abierto, y su amor se derrama libremente. Esta paz después de la tormenta es un momento mágico para el Loco.

La Luna

¿Qué podría estropear esta perfecta calma? ¿Hay más desafíos para El Loco? De hecho, es su dicha la que lo hace vulnerable a las ilusiones de la Luna (18). La alegría del Loco es un estado emocional. Sus emociones positivas aún no están sujetas a la claridad mental. En su condición de soñador, el Loco es susceptible a la fantasía, la distorsión y una imagen falsa de la verdad.

La Luna estimula la imaginación creativa. Abre el camino para que surjan pensamientos extraños y hermosos del inconsciente, pero también surgen miedos y ansiedades profundamente arraigados. Estas experiencias pueden hacer que el Loco se sienta perdido y desconcertado.

El Sol


Ahora es la claridad del Sol (19) la que dirige la imaginación del Loco. La iluminación del Sol brilla en todos los lugares ocultos. Disipa las nubes de la confusión y miedo. Ilumina, para que el Loco sienta y comprenda la bondad del mundo.

Ahora, disfruta de energía vibrante y entusiasmado. La apertura de la Estrella se ha solidificado en una seguridad expansiva. El Loco es el bebé desnudo representado en la Carta 19, cabalgando alegremente para enfrentar un nuevo día. Ningún desafío es demasiado desalentador. El Loco siente una vitalidad radiante. Se involucra en grandes empresas a medida que atrae hacia si todo lo que necesita. Es capaz de darse cuenta de su grandeza.

El Juicio

El Loco ha renacido. Su falso ego-yo se ha desprendido, permitiendo que su radiante y verdadero yo se manifieste. Ha descubierto que la alegría, no el miedo, es el centro de la vida.

El Loco se siente absuelto. Se perdona a si mismo y a los demás, sabiendo que su yo real es puro y bueno. Puede que se arrepienta de los errores del pasado, pero sabe que se debieron a la ignorancia de su verdadera naturaleza. Se siente limpio y renovado, listo para empezar de nuevo.

Es hora de que el Loco haga un Juicio más profundo (20) sobre su vida. Su propio día personal de ajuste de cuentas ha llegado. Como ahora se ve verdaderamente a si mismo, puede tomar las decisiones necesarias para encarar el futuro. Puede elegir sabiamente qué valores apreciar y cuáles desechar.

El ángel de la Carta 20 es el Yo Superior del Loco llamándolo a levantarse y cumplir su promesa. Descubre su verdadera vocación, su razón de entrar en esta vida. Las dudas y vacilaciones se desvanecen y está listo para seguir adelante.

El Mundo


El Loco vuelve a entrar en el Mundo (21), pero esta vez con una comprensión más completa. Ha integrado todas las partes dispares de si mismo y ha logrado la totalidad. Ha alcanzado un nuevo nivel de felicidad y realización.

El Loco experimenta la vida como plena y significativa. El futuro está lleno de promesas infinitas. De acuerdo con su vocación personal, se involucra activamente en el mundo. Presta servicio compartiendo sus dones y talentos únicos y descubre que prospera en todo lo que intenta. Como actúa desde la certeza interior, el mundo entero conspira para que sus esfuerzos sean recompensados. Sus logros son muchos.

***

Así que el viaje de El Loco no fue tan tonto después de todo. A través de la perseverancia y la honestidad, restableció el coraje espontáneo que primero lo impulsó en su búsqueda de si mismo, pero ahora es plenamente consciente de su lugar en el mundo. Este ciclo ha terminado, pero el Loco nunca dejará de crecer. Pronto estará listo para comenzar un nuevo viaje que lo llevará a niveles cada vez mayores de comprensión.





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