Factor suerte

"Cuando te toca, ni aunque te quites. Cuando no te toca, ni aunque te pongas", dice un refrán popular.

Para los fines prácticos de este estudio libertario sobre el azar y la fortuna, vamos a tomar como ejemplo el desempeño de la Selección Argentina durante el reciente Mundial en Qatar.

Por suerte para vos, en caso que te interese el tema, pero no te atraiga ver a 11 muchachos corriendo de acá para allá, tratando de meter una pelota en el arco que defienden otros 11, no será necesario tener grandes conocimientos de fútbol para aprovechar las enseñanzas que se pueden obtener del análisis de algunos de los momentos claves en el desarrollo de la competencia que le permitió al combinado albiceleste bordar una nueva estrellita en su camiseta.

Primer partido: Argentina - Emiratos árabes. Los argentinos, hasta ese día invictos, dominan el partido. En el primer tiempo hacen dos o tres goles que son anulados por la tecnología precisa e implacable del VAR. En el segundo tiempo, los árabes, que son excelentes profesionales, pero no tan destacados como los nuestros, llegan al arco dos veces y hacen dos golazos. Algo improbable, raro. Factor suerte. En ese partido, por alguna razón, los árabes tuvieron suerte. Nosotros, no. 

Después hubo otros partidos en donde a los ponchazos, con talento, buen juego, y tal vez ya con un poco de esa suerte que acompaña a los campeones, conseguimos avanzar hasta la final.

Y, como te decía que no vas a necesitar grandes conocimientos de fútbol para entender esto, vamos directamente a la final que es donde lo que estamos analizando acá se puede ver más claramente. 

Si sos argentina o argentino, viste el partido, y te gusta un poco el fútbol, en el primer tiempo pensaste que éramos el mejor equipo del mundo y que ganar el partido iba a ser tan fácil como quitarle un dulce a un niño (siempre y cuando no te incomode que el niño llore).

En el segundo tiempo, todo iba bien hasta que en cinco minutos nos embocaron dos pepinos y se nos llenó el alma de preguntas. 

Sorprendidos y atemorizados, fuimos al alargue. 

Ahí reapareció Argentina, Messi, GOOOLLLL. 

Somos lo máximo, vamos a ganar, no nos para nadie, viva la Scaloneta!

Cuando ya en nuestra imaginación éramos los justos ganadores de la Copa del Mundo, un pelotazo da en el codo de un defensor argentino, penal y gol. 3 a 3. La rep... madre que los parió a estos franceses del orto, nacimos para sufrir, no es posible, Lio tiene que ser campeón...

Y acá llega el momento en donde me atrevo a suponer que si existen dioses de la fortuna podremos ver más claramente su accionar.

Minuto 120 y poco. Última jugada del partido. Le llueve una pelota a un francés que queda solo frente al Dibu que graciadió sale a taparlo como si fuera un dibujito animado, todo abierto y con los ojos también abiertos como diciendo "aunque me tenga que estirar como un chicle esta la tengo que agarrar".

Dibu hizo todo bien, el muchacho francés tal vez se apresuró y lo quiso atravesar con un cañonazo en vez de usar alguna sutileza tipo Di María, es verdad, pero en esa velocidad es donde podemos ver, además de las eventuales capacidades de los jugadores, también el factor suerte. 

La pelota bien podría haber pasado. 

Si eso hubiera ocurrido, y hay quienes en sus pesadillas lo ven así, Scaloni hoy estaría sin trabajo, todos dirían "yo lo dije hace mucho tiempo, no estaba preparado para dirigir la Selección Argentina", Messi sería un pecho frío que no canta el himno, hay que sacarlo de la Selección ya, Di María otro, etcétera. 

Pero no ocurrió. La pelota rebotó hacia uno nuestro y conseguimos dominar la situación.

Ahora Scaloni es el mejor técnico del mundo, Messi es GOAT y Di María un genio, un artista del balón. 

Los amamos a todos. Nunca dudamos. Nosotros, argentinos, somos los mejores. Vamos por la cuarta estrella. Viva Argentina Carajo.

Una gran dosis de trabajo, preparación y talento, y esa justa dosis de suerte que hace que las cosas pasen.

Rebobinando un poco, veamos el segundo gol de Argentina, un contra ataque de ensueño. 

Si uno le quiere explicar a un estudiante de fútbol como es un contra ataque ideal, le muestra ese gol y listo, lo deja para que medite en cada movimiento. 

Imaginate si el arquero le tapa la definición a Di Maria, o si algún jugador francés corta esa jugada magistral por la mitad. 

Nos quedaríamos sin esa obra de arte filmada por todos los ángulos en 4k y podríamos haber perdido la gloria en los 90 minutos reglamentarios.

Y cuántas cosas habrían cambiado. Los festejos habrían sido en Francia y el muchacho que se tiró del puente y le erró al micro no se hubiera lastimado, etcétera. 

La realidad se va creando instante a instante, pelotazo a pelotazo, respiración a respiración.

Te deseo mucha suerte.





Comentarios

Entradas populares