Lo que pasa
lo que lo ve pasar es el silencio de ese gong invisible que guarda intacta la promesa de vibraciones pasadas, presentes o futuras.
Un poco de esta paz, un poco de estos nervios, un poco de la rutina de ir a trabajar y olvidarme de mi mismo, un poco de la magia de ir a trabajar y acordarme de mi mismo, un poco de dar amor, un poco de odiar, una pizca de nada, una microdosis de todo, y así vamos, desplazándonos junto con la galaxia vaya uno a saber por dónde.
En el sentido tradicional, no tengo mascotas. Yo le doy de comer a una paloma blanca (kentreparéntise está bastante sucia) que tiene una sola patita. Ella viene todos los días con su novio al restaurante donde trabajo como mozo. Yo les doy arroz. La llamo y viene. Es fantástico. Es uno de mis momentos de gloria del día.
Acá en el barrio tengo plantas y a veces me siento tan amplio que me parece que todos los pájaros, y las abejas y las mariposas, son mis mascotas. O que soy uno con el universo o que soy la mascota del universo. Qué más da? como diría José Velez.
Tener una mascota, ser una mascota. Todas fantasías de la mente. La única verdad es la realidad, como diría el General.
O ché cashate y presatención que estáshoviendo, como diría un maestro zen argentino si fuera dado a la expresión oral y estuviese shoviendo y hubiese a su alrededor alguien desatento que precisara o precisase escuchar esas palabras.
Exhalo. Inhalo.
También algo exhala e inhala en mi, porque la mayor parte del día, cuando ni me acuerdo de que respiro, hay algo que me sigue tocando como un fuelle, un bandoneón de carneigueso.
Carnegie Hall.
Yendo un poco más a lo mundano, te cuento que ayer apareció alguien que me quiere entrevistar para un programa de televisión en Porto Alegre. Quieren que hable sobre Esperanto. Así que me bañé, me puse una linda camisa y acá estoy esperando que llegue la hora, tecleando estas palabras, para centrarme, para divertirme, para decirte que te amo, que me amo, me acepto y me apruebo y estoy muy agradecido por todo el bien que hay en mi vida.
El asunto del Mundial va viento en popa. La Escaloneta llegó a la final. Qué me contursi?
Sho por lo general soy un exitista absoluto que no aguanto perder y por eso desarrollé la técnica de cambiar de equipo a cada partido, como una especie de camaleón deportivo, y sólo me encuentro con un mínimo grado de frustración cuando ocurre un empate. Pero eso también lo resolví dejando de ver partidos en vivo. Ahora miro en el diario cuando la cosa terminó y si fué 4 a tres, con expulsiones y polémicas, miro el resumen en Youtube, si fué cero a cero digo menosmal que no lo vi.
En cuanto al partido del próximo domingo, tengo que confesar que estoy un poco nervioso. Quiero un final Disney. Quiero que gane Lionel. Sería el broche de oro para su carrera, algo que podría aparecer brillante en los libros de historia. Un final de tango no me parecería tan apropiado.
Pero como ya en el partido contra Holanda (Países bajísimos.. jijiji) cuando empataron me puse las zapatillas y me fui a correr, y después en el segundo tiempo contra Croacia, a pesar de que íbamos ganando dos a cero, también me fui para no soportar un eventual descuento, empate y posible alargue y penales, ovio, obio y obvio, que el domingo no voy a ver ni un minuto.
Tengo planeada una excursión a un parque maravilloso en donde voy a practicar el senderismo escuchando música clásica y se van todos al concha de su hermana.
A la tarde vuelvo y veo que pasó.
Si ganamos, veo todos los resumenes y festejo como un loco. Si no, acá no pasó nada y sigo con mis cosas.
Después de todo, soy argentino. Por más que me guste celebrar triunfos, este domingo sólo voy a celebrar si es el de los muchachos nacidos en la tierra del mate y el dulce de leche, la tierra en donde nacieron Alfonsina y Jorge Luis, y et cetera esétera etcétera.
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